viernes, 29 de mayo de 2009

You belong whit me

P R I M E R A P A R T E

Él Corría subiendo las escaleras de su departamento y yo como tonta lo seguía mientras gritaba para que se detuviera y poder consolarlo, me llevaba un poco de ventaja por lo cual luego de descansar en la escalera un momento después de subir pisos y pisos tratando de alcanzarlo oí una puerta cerrarse fuerte. -¡Abre en este instante! –Ordené como si en algún momento me fuera a hacer caso y como lo pensé fue un intento inútil.-¡Joseph abre en este instante! –Ordene como ultima vez, estaba cansada de sus típicos ataques de niño infantil, estaba harta de ser una estúpida que lo único que podía hacer era correr tras de él intentando consolarlo y que solo te respondiera con gritos y orgullosas palabras que solo sabían decir: “sabes cuando odio que me vean llorar” -¿sabes que me tienes harta? –Grité al llegar a la puerta blanca de su departamento y posar mis manos sobre ella.-Si es así entonces ¡ándate! No te necesito en mi vida! ¿Entiendes? –sus palabras llegaron hasta lo más profundo de mi corazón, rebotaron por cada esquina de él e hicieron eco en mi mente, mis ojos se llenaron de lagrimas, esas lagrimas que muchas veces fueron derramadas por sus palabras hirientes y por alguna razón extraña seguía amándolo en secreto. Por instinto toda mi rabia se acumulo en mi pie e hizo que diera un fuerte golpe en el rectángulo de madera, un sonido estruendoso se hizo presente, puse mi mano sobre mis ojos y corrí escaleras abajo intentando ahogar el llanto, me detuve unos escalones alejados de su departamento y retire mis tacones de mis pies, era doloroso, sobretodo después de un golpe en madera, no lo intenten nunca.-¿Ashley? –Oí el típico grito que intenta que regrese y muchas veces lo había logrado, pero esa vez no lo haría, esa vez era muy distinta.-Ashley, se que estas ahí, ven! –Ordenó, peor no lo hice, solo insito a que corriera más fuerte y tropezara varias veces por mi desconcierto, por mi rabia y por mi pena. Al llegar al piso principal del edificio miré a señor Robert, Portero y escondí mi cara posiblemente destrozada. -¿no se quedara hoy señorita ashley? –No lo culpaba de preguntar eso, normalmente cuando entraba al departamento de joe no volvía a salir hasta el otro día, algo común en una pareja de mejores amigos. -no... –sonreí decaída –esta noche no –sonreí nuevamente y me apoye en una pared para volver a ponerme los tacones y salir a la intemperie la cual tenia viento cálido y nubes negras, llovería y yo, sin dinero ni paraguas. -Nos vemos, señor robert –me despedí con una señal de mano y caminé rápido hacia la acera para llegar de la misma manera a mi departamento, un rayo abrió el paso a las gotas de lluvia, esas que se mezclaban con mis lagrimas saladas y resbalaban por mis mejillas, me abrace a mi misma y cerrando un segundo un recuerdo se me vino a los ojos, el lindo día en el que lo conocí, el primer día que lo vi y ya había caído rendida a sus pies.

Caminaba sin peso sobre mis hombros por la orilla de la playa, mi mente estaba en blanco, ese día quería descansar después de una larga semana de estar moviéndose de aquí para allá, de allá para acá, sí, esa semana fue la semana de mi mudanza para ser independiente, por fin el día que tanto esperaba, un día de descanso me lo tome entero, en la mañana tome mi bolso, calcé mi bikini en mi cuerpo y me puse un vestido blanco muy playero y mis sandalias, nada especial todo tendría que ser perfecto y así lo fue... Caminé por la orilla hasta salir de el sector “playa” y entrar en una calles que no conocía, entre un poco en pánico pero comencé a respirar hondo y a preguntar, parecerá estúpido pero en esas instancias no me interesaba... -¿conoce la calle # Riscot? –la verdad era inútil mi intento, aunque debería ser una calle muy transitada por lo que veía, por esos lados nadie o por lo menos de los que yo preguntaba la conocían.
-Lo siento, cariño –dijo una mujer que caminaba junto a sus hijos por esos sectores-Gracias –solo podía responder, baje mi mirada y me resigne, me senté en unas escaleras de cemento que daban a las arenas de la playa, apoye mi cabeza entre mis manos y solté suspiros, estaba cansada y frustrada, pero no, esa no era la parte perfecta. -¿no que “busket” estaba cerca de Riscot? –Dijo un chico rubio, alto y bronceado, como sacado de guardianes de la bahía, Al escuchar Riscot la ampolleta se me prendió pero decidí seguir escuchando. -Sí, yo te dije Michael, será que nunca me haces caso –dijo el ultimo chico, tes medianamente morena, ojos cafés cautivantes, lo digo por que su mirada cruzo con la mía y una sonrisa deslumbrante, vuelvo a decirlo por que me sonrió, le devolví la sonrisa y enseguida me levante de mi puesto para “seguir” disimuladamente a esos chicos, supuse que irían a Riscot o cerca de ahí por lo cual espere a que llevaran un tanto avanzado y camine tras ellos disimulando mi desesperación, movía el agua y de vez en cuando me detenía para recoger algunas piedrecillas que llamaban mi atención y en eso de agacharme para recogerlas y distraerme con otras al levantarme y mirar hacia el frente me encontré con ese chico sonriente frente a mi.
-¿nos sigues? –enarco su ceja y sonrió amable, la sangre en mis pómulos se acumuló, solo pude agachar la cabeza y dar explicaciones.-Estaba perdida, No conozco bien por estos lados y... –Escuche que carcajeaba y lo mire extrañada.-No importa... ¿vas con nosotros? –Impresionante.-Prefiero irme sola... soy un poco tímida –mentí. -Me voy contigo entonces –se puso a mi lado y comenzó a hablarme, los rayos del sol pegaban fuerte en su rostro y lo hacían brillar al igual que sus ojos y sonrisa. -Soy Joseph –sonrió y se agacho a recoger una piedrecilla bastante extraña y me la entrego.-Supongo que te gustan –volvió a sonreír.-La verdad.... no –no quería mentir. -que bueno, yo las odio –tomo una de mi mano y la lanzo contra el mar. -Oye.... Joseph... –me interrumpió.-Joe, prefiero joe, también danger... pero mejor joe –se enredaba solo y me agradaba eso. -Bueno, Oye joe, si quieres ve con tus amigos, estaré bien siguiéndolos –moví el agua con mis pies.-No, hoy ninguno de ellos andaba de Humor –Toco su flequillo y lo acomodo en su frente.-Deja demasiado que lo afecten sus chicas –Eso fue una señal de que no tenia novia, señal que se desvaneció en un instante –no se como no aprenden de mi, yo y mi novia sabemos manejarlo, aunque creo que ellos están así por que se enamoraron... já, nunca me enamoré –
-Espero que algún día lo hagas... –dije inconscientemente, ni lo conocía y mi inconciencia tirada para conciencia me traicionaba con él... la verdad por mi parte fue amor a primera
vista.
to be continued...

miércoles, 27 de mayo de 2009

S E G U N D A P A R T E

Entre recuerda que recuerda el camino se me hizo corto y no me di cuenta que estaba empapada, a solo metros del edificio corrió hacia el para entrar y poder entrar a mi departamento y alejarme de todo ese lío vivido en un día.Entre al ascensor y me apoye la pared sosteniéndome solamente mi peso en mi espalda.-tin –sonó el ascensor, por fin el piso 7, salí de ese metro cuadrado y saque las llaves de inmediato de mi bolsillo, sin mirar a la puerta las llaves se escaparon de las manos y cayeron al suelo, me agache aun entre lagrimones y las recogí, al levantarme tal y como la primera vez que hablamos, estaba ahí.-¿me seguías? –pregunté esta vez yo, solo lo mire con desprecio tratando de ocultar mi rostro y lo esquive para entrar a mi departamento.-¿por qué estas mal? –dijo sosteniendo la puerta con su mano, yo solo quería cerrarla.-¿por qué debería de interesarte? Recuérdalo, no importo en tu vida -saque fuerzas hasta de donde no tenia y cerré la puerta en su cara. -Ahora me abres tu la puerta –escucharon mis oídos, hice una mueca de rabia y me mantuve ahí, apoyada contra la puerta blanca esperando que se fuera. -No te pienso abrir, estúpido... –dije con despecho, tire mis llaves lejos y camine hacia mi habitación para cambiarme de ropa, sin antes dejar con pestillo la puerta. Retire mi abrigo y sin preocuparme que mojaría –como normalmente lo haría- lo deje sobre el acolchado y tome una toalla para secar mi cabello semi mojado a pequeños toquecitos con la toalla rosa. Las lagrimas no se ausentaron, seguían resbalándose como todo el tiempo, rotaban hasta el suelo y lo dejaban marcado, luego de secar mi cabello ni ganas de dieron de tomar una ducha, me senté en mi cama, tome mi cabeza entre mis heladas manos y cerré los ojos intentando borrar todo, pero sus frías y duras palabras volvían a la mente. -¿qué te pasa? –escuche su voz, casi creí que era mi imaginación pero eso falló a verlo en la puerta de mi habitación, ¡claro! Como no lo había pensado antes, el tenia llaves de mi casa. Solo lo mire con despecho y volví a hundir mi cabeza entre mis manos. -Perdón... –Escuche murmurar, era difícil creer que el había dicho perdón, jamás lo hacia o por lo menos por deducción y su orgullo del porte de el monte everest se deducía que nunca lo haría. -¿perdón? ... Sabes joe, Estoy harta de que siempre sea lo mismo, siempre terminó así por ti, nada mas que por ti –mi tono de voz aumentaba mas a cada momento y el me miraba atónito –Y lo peor de todo es que te importa poco como me siento, esta es la primera ves que me pides perdón –en ese momento gritaba y joe intentaba interrumpirme –no intentes decir nada! No me importa, me importas poco en este momento eres un sin sentimientos ¿sabias?! –las lagrimas seguían cayendo.-¿QUÉ SABES TU SI TENGO O NO SENTIMIENTOS? –respire un momento y baje la mirada para lanzar lo que iba a decir.-POR QUE JAMAS TE DAS CUENTA DE NADA, SOLO TE IMPORAS TU! –dije enrabiada.-Sí tengo sentimientos... –su tono de voz bajo y su voz estaba quebrándose de a poco.-nunca te has enamorado, tu mismo siempre me lo recalcas... –no gritaba, tampoco hablaba y las palabras salían solas de mi boca. -¿acaso sabes tu eso de verdad? Yo si me eh enamorado! –subió su tono de voz.-y sabes de quien? –agregó –de ti, Ashley! –me miro por ultima vez y salió rápido de mi habitación, yo me quede sentada donde mismo, las lagrimas cesaron y la alegría volvía a aflorar de mis adentros, la sonrisa me salía sola y los ojos me brillaban de la alegría , él me amaba y ahora yo lo sabia.

THE END